A falta de cinco horas para que los líderes de la UE llegaran a su cumbre, algunos de los funcionarios más importantes de Bruselas no tenían idea de lo que sucedería. “Tal vez tendremos un trato o tal vez no”, dijo un funcionario. “De alguna manera nos acostumbramos a esto, sabemos que cuando Brexit está en la agenda debemos esperar lo inesperado”.
Después de meses de grandilocuencia en ambos lados, las ruedas estaban girando. Funcionarios británicos y de la UE habían trabajado hasta las primeras horas del jueves por la mañana para resolver sus diferencias sobre el IVA. Los británicos habían cedido principalmente a las demandas de la UE de que Irlanda del Norte debería seguir las normas de la UE. Con el Brexit en la balanza, una de las últimas dificultades fue una exención del IVA para los productos sanitarios, un eco de una batalla anterior entre David Cameron y Bruselas.
A las 9.30 de la mañana, Johnson tuvo una llamada “amigable” de 20 minutos con Jean-Claude Juncker para discutir los resultados de la noche anterior. El primer ministro agradeció a Juncker varias veces por su paciencia. A las 11 de la mañana los dos hombres volvieron a hablar: tenían un trato.
Menos de 30 minutos después de apagar los teléfonos, el anuncio se realizó a través de dos tweets coordinados que recuperaron la libra por un corto tiempo. “Ya es hora de completar el proceso de retirada”, dijo Juncker al instar a los líderes de la UE a respaldar el acuerdo ese día.
Johnson recurrió al lema de la campaña de licencia de 2016: “Tenemos un nuevo acuerdo que retoma el control, ahora el parlamento debería hacerlo el sábado para que podamos pasar a otras prioridades”, tuiteó el primer ministro.
En realidad, gran parte del trato de Theresa May permanece, especialmente la protección de los derechos de 5 millones de ciudadanos de la UE y el Reino Unido afectados por el Brexit, el acuerdo de divorcio y un período de transición. El protocolo irlandés reescrito se basa en el plan original de la UE para Irlanda del Norte, una propuesta de May rechazada 18 meses atrás, pero la UE ha dado su consentimiento.
Si bien Johnson parecía optimista, los líderes de la UE no ocultaron su arrepentimiento. Donald Tusk, el presidente anglófilo del consejo europeo, dijo que sentía tristeza. “Porque en mi corazón siempre seré un resto. Y espero que si nuestros amigos británicos deciden regresar algún día, nuestra puerta siempre estará abierta “.
Juncker dijo que era “hora de completar” Brexit, pero también sonó una nota melancólica. “La buena noticia es que tenemos un acuerdo … la mala noticia es que Gran Bretaña abandonará la Unión Europea”.
También logró irritar a los británicos al decir que había descartado cualquier extensión del artículo 50, en realidad una promesa que el presidente saliente de la comisión no puede hacer.
Con información de The Guardian
