Un alto al fuego intermediado por Estados Unidos y Rusia para el sudoeste de Siria aún está en vigor horas después de que entró en vigor el domingo, de acuerdo con un monitor y dos oficiales rebeldes.
Estados Unidos, Rusia y Jordania alcanzaron esta semana un acuerdo de alton del fuego y de “desescalamiento” con el objetivo de allanar el camino para una tregua más amplia y más robusta para poner fin a la guerra de seis años.
El anuncio se produjo luego de una reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la cumbre del G-20 en Alemania.
El Observatorio de Derechos Humanos de Siria, un grupo británico de vigilancia de la guerra, dijo que “la calma estaba prevaleciendo” sin ataques aéreos o choques en el suroeste desde que la tregua comenzó el mediodía (9am GMT) el domingo.
“La situación es relativamente tranquila”, dijo Suhaib al-Ruhail, portavoz del grupo rebelde Alwiyat al-Furqan en el área de Quneitra.
Otro funcionario rebelde, en la ciudad de Daraa, dijo que no había habido peleas significativas. Estaba tranquilo en el frente principal de Manshiya cerca de la frontera con Jordania, que según él había sido el sitio de algunos de los bombardeos más pesados del ejército en las últimas semanas.
No hubo comentarios inmediatos del ejército sirio.
Un testigo en Daraa dijo que no había visto aviones de combate en el cielo ni escuchado ningún combate desde el mediodía.
Varios pacto alto al fuego se han desmoronado desde el inicio del conflicto y no fue inicialmente claro hasta qué punto los combatientes – las fuerzas del gobierno sirio y los principales rebeldes en el suroeste – se comprometieron a este último esfuerzo.
Con el apoyo del poder aéreo ruso y de las milicias respaldadas por Irán, el gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, ha puesto a los rebeldes en el último plano durante el último año. La amplia gama de rebeldes principalmente sunitas incluyen facciones jihadistas y otros grupos apoyados por Turquía, las monarquías del Golfo y los estadounidenses.
Las conversaciones anteriores entre los Estados Unidos y Rusia acerca de una “zona de alto al fuego” en el suroeste de Siria cubrieron la provincia de Daraa en la frontera con Jordania, cerca de Suwayda y Quneitra, que limita con las Alturas de Golán ocupadas por Israel.
Un alto funcionario del Departamento de Estado involucrado en las conversaciones dijo que se necesitarían más discusiones para decidir aspectos cruciales del acuerdo, incluyendo quién monitoreará su cumplimiento.
Con información de The Guardian
