Las Caras de la Frontera. Los Border Angels / Los Ángeles de la Frontera

Y caminamos entre arenas blancas,  los privilegiados, con galones de agua bajo el brazo. Buscando un lugar para depositar un poco de esperanza para aquellos que buscan cruzar la frontera. Somos ángeles en el desierto, nos llaman los Border Angels.  Y es que un poco de agua va a hacer la diferencia entre la vida y la muerte, y es que un poco de agua calma, aún cuando está ardiendo. Aún cuando tu estas ardiendo.

Los Ángeles de la Frontera caminan cada 3 semanas por el desierto de California dejando galones de agua para aquellos migrantes que vienen de México y Centroamérica con el fin de cruzar a Estados Unidos en busca de un mejor porvenir. Los grupos se dividen entre las rutas utilizadas habitualmente por los migrantes. Aquellas rutas donde hay evidencia de su camino y de sus estragos.

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En 1986 Enrique Morones, inicio con esta asociación, con el fin de proveer ayuda humanitaria a los migrantes que vivían en los cañones de la región Norte del condado de San Diego, posteriormente expandió el apoyo hacia migrantes que transitan a pie por el árido desierto de California, con el fin de reducir el número de víctimas; ya que la causa número uno de muertes de migrantes en el desierto es la deshidratación, y es que la temperatura se mantienen sobre los 40 grados centígrados y los trayectos a pie de México a Estados Unidos tienen una duración promedio de 3 días. De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones hubo 239 muertes de migrantes durante los primeros 6 meses del año. A pesar del descenso de número de personas que cruzan la frontera ilegalmente, las muertes han ido en aumento, debido a las altas y prolongadas temperaturas de este año.

Los Border Angels le pertenecen a la gente y es que cada tercer sábado decenas de voluntarios se reúnen a dar su día a esta causa, no importa la relación, la cercanía o  la distancia con los migrantes y/o víctimas. Caminan por aquel paraíso seco que ilumina los cactus y la arena; sienten el ardor del sol en su cuerpo imaginando la travesía de nuestros paisanos, buscan sombra sin suerte alguna y piden por dentro que el trayecto de todos aquellos soñadores valga la pena. Les dejan un poquito de esperanza, una esperanza que puede extender las horas de vida de alguien, y rezan; rezan en silencio porque no haya más muertes y porque que nadie se quede en el olvido.