TIJUANA, Baja California.-El artículo 42 es una de las restricciones fronterizas entre México y Estados Unidos para evitar la propagación del Covid19, sin embargo ante la vacuna, era posible que dejara de estar vigente, pero esto no ha sido posible, así lo explicó María Dolores Paris Pombo coordinadora del Observatorio de Legislación y Política Migratoria del Colegio de la Frontera Norte.
“Este programa que era por razón de la pandemia o que había sido lanzado en la época del gobierno de Trump, a razón de la pandemia ha continuado con el gobierno de Biden, él anunció que ya se iba a terminar el día de ayer, pero un juez federal de los EEUU, lo obligó a continuar el programa”, detalló.
Ante la creencia de que el artículo 42 iba a terminar ha ocasionado una falsa esperanza para los que quieren lograr el sueño americano o asilo político, donde los llamados “Coyotes” comienzan a prometerles a los migrantes que pueden lograr cruzar la frontera con engaños, sin embargo, ocurre lo contrario y quedan varados en Tijuana.
“La enorme mayoría de la carga ha sido sobre las organizaciones de las asociaciones civiles Baja California si ha puesto algunas políticas pero no han sido costosas para el estado hay políticas que se han implementado con agencias de las naciones unidas y hay políticas que ha implementado el gobierno federal también con fondo de agencias unidas no ha sido tanto la carga para el estado como para las organizaciones de la sociedad civil que efectivamente han asumido la enorme mayoría los albergues o incluso congregaciones religiosas que son quienes realmente están recibiendo a los migrantes”.
Enfatizó en que los migrantes que se llegan a quedar, carecen de economía para sostenerse y quedan en situación de calle lo que a su vez ocasiona que estén vulnerables ante la delincuencia y violencia.
“Por ejemplo tenemos un problema muy fuerte en Tijuana de las personas que vienen de Michoacán y de Guerrero y que han sido desplazadas por el crimen organizado, y se encuentran en Tijuana para pedir protección en EEUU, porque no se sienten seguros en Tijuana que es una ciudad muy peligrosa”.
Con información de Johanna Mejía.
