TIJUANA, Baja California.- Hace poco más de un mes, se mostró la injusticia que han vivido recientemente los vecinos de la calle B del fraccionamiento Ramos. Por más de 50 años, su calle ha sido cerrada, y ahora, el grupo inmobiliario “Vica” busca convertirla en uno de los accesos para su nuevo fraccionamiento, Praga 44.
Hoy por la mañana, personal del Ayuntamiento de Tijuana acudió con toda la disposición de demoler la jardinera que se encuentra al final de la calle B, y con eso continuar hasta abrir el paso, pero no contaban con dos cosas: la primera, no tenían los permisos necesarios para realizar dicha acción, y la segunda, nunca esperaron que los vecinos salieran justo a tiempo para cuestionarlos e impedirles demoler la jardinera.
“Estaban aquí bastantes camiones, con dos máquinas para demoler, ellos ya iban a demoler, pero tuvimos la fortuna de salir a tiempo y no los dejamos y les dijimos que nos presentaran la documentación que autorice eso y no la traían, entonces pararon esta situación, y dijeron que dentro de dos o tres días venían con los permisos ya para derrumbar, nosotros seguiremos en plan de lucha”, refirió el señor Gerardo Hernández.
Y es que esta jardinera está justo en el límite del fraccionamiento Ramos, alguna vez brindó sombra para la convivencia vecinal, y no sólo eso, sino que también dotaba de vida al lugar con la abundante vegetación y los frondosos árboles que ahí se encontraban.
No obstante, después de que uno de los árboles sobrepasara el límite, las personas implicadas en la construcción solicitaron la reubicación del mismo.
En ese momento, los vecinos jamás se esperaron que los particulares se aprovecharan de la situación y fueran a reubicar la mayoría de los árboles y plantas de la jardinera al camellón central de la avenida principal, donde su destino fue crecer en pésimas condiciones y secarse.
Los vecinos puntualizan en algo vital, el mismo grupo inmobiliario “Vica” ha promocionado hasta ahora el fraccionamiento con accesos por el bulevar Díaz Ordaz y por la calle Almendra, que se encuentra antes de la calle B. Además sostienen que en un principio, anunciaron que serían solamente ocho casas habitación, y ahora también, será un complejo con 36 condominios, de precios elevados.
“Son esas ocho casas de cuatro millones y tres millones las otras, es demasiada gente la que va a poblarnos aquí, lo que nos va a afectar a drenaje, agua y a todas las situaciones que se promueven después de que una constructora llega a una zona tan tranquila como la que tenemos en el fraccionamiento Ramos”, lamentó el señor Hernández.
Por ahora, los vecinos del fraccionamiento Ramos están a la expectativa de si las autoridades municipales volverán en los próximos días a intentar abrir la calle B, toda vez que personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt) ya han ido a realizar diagnósticos para el fraccionamiento Praga 44.
Sin embargo, su postura sigue siendo clara: la calle B no podría y no debe de ser una calle abierta.
Con información de Sergio Carrillo.
