“Bueno, sí… pero no”

CIUDAD DE MEXICO (apro).- Felicitaciones a la mona Chita, firmante de carta a este buzón; felicitaciones por su ingeniosa y hasta divertida manera de explicar las causas del triunfo del financiero Donald Trump en la carrera a la presidencia estadunidense, por medio de pseudociencias.

Lástima que ese habilidoso y divertido intento caiga por su propio peso, es decir, por apoyarse él mismo en supuestos falsos, lo que hace que le venga como anillo al dedo la conocida elocución de “¡Así se escribe la historia!”, con la que se censura y se desechan las falsas o engañosas interpretaciones de los hechos históricos, pero en lo personal, servidora quiere decirle que no se avergüence, no se haga de menos por ello, pues está conforme con la realidad en la que vive estos días, la de una globalidad en la que el relativismo de todo, incluyendo el de la historia, está dando el paradigma de las percepciones, bien sean las mismas individuales o de grupo, lo que está dando por resultado un abrir la puerta a las libertades personales y comunitarias, y al mismo tiempo, también abriendo la puerta a las acciones libertinas y hasta liberticidas, pues está visto y comprobado y se admite que no todas las percepciones son verdaderas, sino más bien que las mismas son ilusiones que se toman por ciertas por el individuo o los grupos sociales… ¿Por ignorancia… por histerismos personal o colectivo, debido al alto grado de sugestionabilidad de las humanas criaturas? Esto que les hace presa fácil de las fuerzas vivas o de facto en lo social… ¿Qué pensar al respecto, estimado lector de la presente?

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Repito, mi apreciada mona Chita: no debe apenarse por su percepción, la que en este mundo de relativismo es tan válida como otra cualquiera; y espero que le sirva de consuelo el que la de la firma, recurriendo al relativismo reinante y a la máxima de “que todo influye en todo”, a continuación va a exponer una de sus percepciones sobre ese fenómeno imprevisto, por inesperado: El que Trump sea el próximo presidente de Estados Unidos… ¡Ahí es nada!… pues va a ser… ¡pues será el 45!… que es el número del calibre del revólver más famoso de la historia del salvaje oeste conocido también como “peacemaker” (pacificador), revólver colt que, según dicen, dio lugar a la frase “Dios creó a los hombres y Samuel Colt los hizo iguales”. ¿Cómo interpretar esta percepción de servidora? ¿Qué Trump, paradigma del capitalismo en esta globalidad en la que se mueven… y los mueven… va a luchar para llevar la paz a todos… por las buenas… o por las malas… es decir, imponiendo la paz de los sepulcros?

 

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Ante esta inquietante y angustiosa duda, la firmante de la presente, siguiendo con la dizque ciencia oculta de la numerología, se fue informando de lo que sigue: que el número 45, en general, es también un símbolo de cambio… pero no pudo aclarar en qué sentido. En lo que corresponde al año en que viven, ese 2016, es poco prometedor, pues la cifra que lo inicia, el 2, tiene múltiples interpretaciones, que a juzgar por la crisis política, económica, social y anímica en que viven, la interpretación que más se ajusta a esa realidad, es en la que el 2 es el número de la “discordia” y la “confusión”, de la “desgracia” y la “impureza”, calificativos en la suposición de que si el número 1 es el que designa a Dios, la dualidad del 2 designa al diablo… y eso no es todo, pues el cero que le sigue, que según Pitágoras es el Huevo Cósmico, no hace más que potenciar esos simbolismos negativos del número 2.

 

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Sí, lo sé, según esos supuestos de la ciencia oculta de los números, ellos explican muy bien el clima de desconcierto, frustración, rencor, odio y miedo en que alimentan por la imprevista victoria de Trump en la carrera por la presidencia de Estados Unidos… mas servidora no lo cree así, pues considera que los números concebidos como una metafísica sean una ciencia exacta y de por sí determinante… únicamente es así cuando los números se aplican de manera científica y razonada a la realidad de los hechos… pero ese enfoque será el motivo de otra carta a este buzón; mientras tanto deseando que me hagan más positiva en su historia, la musa de la misma.