Cedat, al rescate de los niños sobredotados

Ciudad de México.- Se calcula que en México existen alrededor de un millón de niños con una capacidad intelectual mayor que la del promedio, lo cual los clasifica como sobredotados. Pero a pesar de que estos niños podrían aprovechar su talento intelectual para generar un avance en el desarrollo científico y social del país, 95 por ciento de ellos no son detectados ni apoyados para que desarrollen su potencial creador.

Estos niños, incorrectamente llamados niños genio o superdotados, muchas veces son relegados por su carácter hiperactivo o segregados en el ámbito académico. Además, según el Centro de Atención al Talento (Cedat), 93 por ciento de los niños sobredotados son confundidos y mal diagnosticados con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que al ser sometidos a un manejo inadecuado llegan a perder sus capacidades.

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La inteligencia, al igual que un músculo, debe estimularse. El cerebro puede aumentar o potenciar sus capacidades cognitivas, y es importante comenzar con la estimulación a edades tempranas, mucho antes de los 18 años, que es cuando el crecimiento de la inteligencia se estanca, comenta el doctor en innovación educativa Andrew Almazán Anaya.

Pero justamente, para detectar y atender a niños sobredotados en el país, nace el proyecto del Cedat. El proyecto fue presentado como un caso de éxito empresarial durante la Semana Nacional del Emprendedor 2016 por Andrew Almazán, director del Departamento de Psicología del Cedat.
Institución para y por sobredotados

El Cedat fue concebido por Andrew Almazán, joven sobredotado, graduado de la licenciatura de medicina a los 16 años, quien junto con su familia detectó la necesidad de dar oportunidad a otros niños, con condiciones similares a la suya, para desarrollarse en un ambiente educativo estimulante que estuviera acorde con sus características de aprendizaje.

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Así, como respuesta a la deficiencia en la detección y la atención de los alumnos más inteligentes del país nace, en el 2010, el Cedat, que se convertiría en una institución educativa privada encargada de generar y ofrecer un modelo educativo de acuerdo con las necesidades de los sobredotados y de desarrollar investigación en torno a niños con sobrecapacidad intelectual.

Desde 2010 hasta la fecha, el Cedat ha detectado a más de seis mil niños sobredotados convirtiéndose en la institución de este tipo más grande en Latinoamérica, con miras a extender el número de infantes detectados a 10 mil, para el año 2020.

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“Seis mil casos podrían parecer pocos, pero antes del 2010 solo había de 16 a 20 casos diagnosticados en el país. Además, para detectar un sobredotado, generalmente se deben evaluar 30 niños. Al extrapolarlo podríamos decir que hemos evaluado a 100 mil niños”, detalla Andrew Almazán, y puntualiza que el Cedat es la única institución en México que realiza investigaciones científicas acerca de los niños sobredotados.
Mitos alrededor de los sobredotados

Para lograr el éxito del centro, sus fundadores han tenido que romper ciertos paradigmas, como el que supone que un niño que es más inteligente no necesita ayuda y puede desarrollar sus capacidades él solo.

“Esto es completamente falso, por ejemplo, ¿quién le ha dicho eso a un deportista? Si de niño tiene talento deportivo necesita dónde entrenar y desarrollarse, y no por tener más capacidades físicas va a volverse un atleta por sí solo, esto mismo sucede con los niños con sobrecapacidad intelectual”.

Como ejemplo se tiene el caso de Dafne Almazán Anaya, quien empezó la primaria a los seis años y la terminó a los siete. Después, cursó la secundaria a los ocho y finalizó la preparatoria a los 10, para estudiar la licenciatura en psicología y graduarse a los 13 años. Este rápido avance académico no podría haberse dado si Dafne no hubiera sido diagnosticada como sobredotada y contado con el apoyo educativo adecuado.

Otro de los mitos con que hay que lidiar es el que conjetura que la inteligencia es fija. Esto impide a la sociedad darse cuenta de que las capacidades cognitivas cambian con la estimulación y sufren una gran influencia del ambiente y, por lo tanto, es necesaria la estimulación de las capacidades cognitivas para lograr su crecimiento.
¿Cómo atender a un sobredotado?

En primera instancia, hay que detectar al individuo sobredotado. Y la manera oficial de hacerlo es mediante la aplicación de pruebas de inteligencia, cuya aplicación y fiabilidad, antes del 2010, aún era muy controversial.

Una vez detectados, en el Cedat se trabaja con los niños mediante un modelo de atención psicoeducativa, llamado programa de potenciación intelectual, que es considerado uno de los tres modelos más exitosos en el país y en el mundo para dar atención a niños con esta capacidad cognitiva, comenta el doctor en innovación educativa.

Este modelo se basa en el reagrupamiento de los estudiantes, es decir, acomodar a los niños en grupos con capacidades similares, independientemente de su edad. Esto evita que los individuos que aprendan más rápido deban esperar a los otros para seguir avanzando.

El modelo también puede servirse del enriquecimiento del conocimiento, que consiste en tomar clases avanzadas en ciencias, artes y deporte durante una o dos horas a la semana. Este método es el más utilizado y el más económico, pero no es tan eficiente como los modelos en los que se trabaja todos los días.

Otro método que permite a los sobredotados explotar su capacidad intelectual es el método de aceleración, en donde los niños escalan grados mucho más rápido que el promedio, podría decirse que brincan grados. Este método es el más famoso, pero no funciona si no se combina con los demás, comenta Andrew Almazán.

“De los tres, el método más intensivo, pero también más eficiente es el reagrupamiento. Es decir, tener grupos de niños sobredotados con capacidades similares pero que también tengan profesores más inteligentes. Este modelo permite que niños de seis años puedan llevar clases de álgebra o que aprendan a leer y a escribir cuando tengan tres. Parecería raro que un niño de estas edades aprenda este tipo de temas, pero bueno, si tiene la capacidad hay que darle las oportunidades”.

El modelo aplicado en el Cedat es de tiempo completo, y contempla una carga de dos mil 83 horas efectivas al año, tres veces más que el promedio nacional, y 80 por ciento más que el modelo educativo de Corea del Sur, que es uno de los modelos de educación más avanzados en el mundo.
Discriminación hacia los sobredotados

Los niños sobredotados suelen tener mayor probabilidad de sufrir bullying escolar. Además, comúnmente son calificados como malos estudiantes y relegados. Esto aunado a su hipersensibilidad emocional puede llevarlos a desarrollar una baja autoestima.

“84 por ciento de los niños sobredotados tiende a ser distraído en clase, lo cual puede ser visto como un problema de aprendizaje o capacidades; sin embargo, la situación se presenta debido a que estos niños aprenden más rápido que sus compañeros y se aburren fácilmente con temas monótonos”.

Además, está el problema del diagnóstico incorrecto de sus capacidades, confundiendo a esta población con la que padece TDAH. Someter a la población infantil de sobredotados a un tratamiento incorrecto representa el mayor problema de pérdida del talento nacional, según el Cedat.

“De cada tres casos de niños diagnosticados con TDAH, dos van a corresponder a casos de sobrecapacidad intelectual. Por lo tanto, 66 por ciento de los diagnósticos de TDAH se encuentran equivocados”.
Inteligencia y riqueza económica

Atender a los niños sobredotados intelectualmente trae beneficios tangibles a la sociedad, además que mejora la calidad de vida de los infantes que, de no ser diagnosticados, sufren de discriminación educativa y social.

“En economía se sabe que existe una relación directa entre inteligencia y riqueza, se sabe que generalmente entre más inteligente sea un país mayor será su ingreso per cápita, es decir, se vuelve más rico. En un inicio había la controversia de que si el país se volvía más inteligente era consecuencia de ser más rico, pero la evidencia apunta a que la relación es al revés, que la inteligencia es la que crea más riqueza a corto y largo plazo”, aclara Andrew Almazán.

Por ello, considera que para que el país alcance las metas de desarrollo económico, se debe invertir en aumentar la inteligencia de sus ciudadanos. Deben detectarse y atenderse los casos de sobreinteligencia para evitar tanto la fuga de cerebros como el estancamiento de su capacidad intelectual.

“Atender este sector poblacional es imperante, pues México se ha ido alejando de Europa en el coeficiente promedio de inteligencia”, concluye Andrew Almazán.