¿Qué defiende al periodista?

Esta semana se cumplió un mes de la muerte del periodista sinaloense Javier Valdéz y por ende, diversos grupos de comunicadores llevaron sus protestas ante las instancias que deben encargarse de la investigación del caso, en este, ante la Procuraduría General de la República y su fiscalía especializada.

Varios colegas comunicadores exigieron tanto en Culiacán como en la capital del país y en esta frontera, resultados en torno a un crimen más en contra de un periodista.

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Pero en Baja California, los periodistas no tenemos acceso siquiera al edificio de la Procuraduría General de la República, que desde el inicio de este sexenio, cerró sus puertas a la información que se maneje en torno a diversos casos.

Toda información será entregada desde la capital del país, informó en un escueto comunicado un desmantelado departamento de comunicación.

Se entienden las razones de la seguridad de la  fiscalía de la nación, pero no se entiende el alejamiento de esta oficina no solo para con los comunicadores sino para con los ciudadanos mismos.

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La única forma en que entre un tijuanense a la delegación estatal de la PGR ubicada en el boulevard Abelardo L. Rodríguez, es detenido.

Abogados y familiares ya serán otra historia pues no entran por su voluntad sino impulsados los primeros a defender a su cliente y los otros, a visitar a su pariente.

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Pero entretenida en otras tareas, la PGR no tiene ni quiere tener la capacidad de defender a los periodistas. No hay instancia de autoridad ni corporación policiaca que acompañe o proteja al reportero a y en  todas sus actividades.

Las más de las veces estamos solos y así se desahoga nuestro trabajo. Todos y cada uno de los periodistas asesinados lo han sido durante trayectos casa-trabajo o similares. Momentos en que están solos.

Pero sobre todo, los autores materiales o intelectuales del crimen saben que están protegidos por la impunidad.