¿Despierto durante su cirugía? No entre en pánico si escucha un “Uyyy”

BENSALEM, Pensilvania — “¿Quiere ver sus tendones?”

El Dr. Asif Ilyas, un cirujano de mano y muñeca, estaba a punto de cerrar la herida de su paciente. Pero primero le ofreció la oportunidad de admirar la fuente de su dolor irradiado: un grupo de tendones que se veía como un caramelo rosa en forma de moño. Con un delgado instrumento quirúrgico, empujó hacia arriba para demonstrar su nueva flexibilidad liberada.

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“Eso es genial”, se las ingenió para resollar la paciente Esther Voynow.

La operación que realizó Ilyas, llamada liberación de tendinitis de De Quervain, usualmente se realiza con el paciente anestesiado. Pero Voynow, con curiosidad médica activa y desagrado pronunciado por la anestesia, había elegido mantenerse despierta, con el antebrazo adormecido únicamente con una sola inyección de anestesia local.

Así que había podido ver a Ilyas cortar primero su inflamada muñeca izquierda, cómo tiraba suavemente de colgajos de piel y después abría un pequeño cráter sangriento, exponiendo la vaina inflamada que mantenía atrapados a sus tendones. Ahora podía ver por qué el pulgar y la muñeca habían estado punzando sin descanso.

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A medida que operaba, Ilyas conversaba con Voynow, tratando de mantenerla calmada. Temptations se escuchaba en un equipo de sonido, con “The Way You Do the Things You Do.”

Más cirugías se están realizando con el paciente despierto y mirando, tanto por razones financieras como médicas. Pero a medida que los pacientes quirúrgicos están optando por mantener los ojos bien abiertos, el protocolo doctor-paciente no ha mantenido el paso de esta nueva práctica. Los pacientes pueden ponerse nerviosos con un silencio aparentemente ominoso, o desconcertarse con lo que pasa como humor del oficio. Los doctores recién se están dando cuenta que cuando un paciente está alerta, simplemente no está bien decir “¡Uyyy!” o “No me esperaba esto”, ni siquiera “Oh Dios mío, ¡Ay Dios! ¡¿Qué haces?!”

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En un estudio continuo sobre experiencias negativas durante procedimientos con gente despierta, un paciente informó a investigadores de la Universidad de Chicago que “el cirujano me dijo que iba a tomar un cuchillo más afilado, y comenzó a reírse”.

Como aviso para los miembros del personal, algunos hospitales ahora colocan letreros de advertencia en las puertas de los quirófanos: PACIENTE DESPIERTO.

“Durante miles de años, hablamos sobre la sala de operaciones”, dice el Dr. Mark Siegler, un especialista en ética médica en la Universidad de Chicago y autor de un estudio reciente sobre comunicación entre cirujano y paciente durante los procedimientos con pacientes despiertos, publicado en la Revista Estadounidense de Cirugía. “Y por primera vez, en los últimos años el paciente se ha unido al elenco”, señala.

Optar por ver nuestra propia cirugía es una manifestación más del movimiento de autonomía del paciente, donde los pacientes, rechazando el paternalismo del médico, están ansiosos por involucrarse más profundamente en su propio tratamiento médico.

Pero el Dr. Alexander Langerman, el autor sénior del estudio de comunicación y cirujano de cabeza y cuello en la facultad del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, dice que la decisión de un paciente de permanecer despierto durante una cirugía también refleja una sospecha cada vez mayor, generalmente, hacia las figuras de autoridad. Señalando cómo los peatones sacan sus teléfonos inteligentes para grabar la activad policial, dice: “También hay algo de eso en los pacientes. Los escándalos ocasionales que surgen cuando los pacientes están sedados siguen socavando la confianza que nos tienen”.

Pero a los pacientes también les intriga saber qué es lo que se les está haciendo mientras están dormidos. Entre los que eligen permanecer despiertos, considera Langerman, “hay una curiosidad y deseo por tener control sobre su experiencia”.

Efectivamente, algunos estudios sugieren que algunos pacientes se sienten menos ansiosos con permanecer despiertos durante la cirugía, pese a a posibles espectáculos desagradables, que con estar sedados. A otros pacientes, muestran los estudios, la anestesia general los pone muy ansiosos, particularmente justo antes de la cirugía, con miedo a no poder despertarse luego.

Estudios muestran que la anestesia local tiene menos complicaciones que la anestesia general y es menos costosa. El tiempo de recuperación es más rápido y los efectos secundarios son menores, lo que puede reducir la necesidad de opiáceos postquirúrgicos.

Partidarios como Ilyas, que opera en el Hospital Rothman de Especialidades Ortopédicas, en Bensalem, elogian la cirugía con el paciente despierto como un avance en transparencia. “Todo tiene que ver con la comunicación, el confort y la experiencia”, dice Ilyas. “Definitivamente se está imponiendo y creando un tipo diferente de relación entre el cirujano y el paciente”, considera.

Pero muchos doctores ven con aprensión la cirugía con pacientes despiertos. ¿Qué pasa si el paciente se pone demasiado ansioso? ¿Si distrae al cirujano con demasiadas preguntas? ¿O si se opone enérgicamente cuando un estudiante se prepara para entrar al quirófano (un pilar de la educación quirúrgica)?

Langerman afirma que a muchos cirujanos no les gusta ser observados por otras razones. “A menudo tienen miedo a las demandas, o temor a decepcionar al paciente”, explica.

Sin embargo, la satisfacción del paciente suele ser alta. Voynow no necesitó un examen pre quirúrgico, análisis de sangre o goteo intravenoso, ni siquiera un anestesiólogo responsable. Cuando las enfermeras la sacaron en camilla del quirófano, se veía placenteramente sorprendida. “Tuve tratamientos de conducto que fueron peores”, dijo Voynow.

Casi menos de media hora después de la cirugía, manejó ella misma a su casa, usando su mano derecha recién operada. En contraste, si se le hubiese dado anestesia total, muy probablemente hubiese necesitado varias horas para recuperarse, posiblemente hubiese tenido efectos secundarios como náusea y mareos, y hubiese necesitado de alguien que manejara. Se hubiera necesitado un anestesista durante la cirugía. Y se le hubiera cobrado en consecuencia.

Jan Hoffman
© 2017 New York Times News Service