El gobierno de Emmanuel Macron dio a conocer fuertes propuestas para acabar con la inmigración y el asilo en Francia en medio de quejas de grupos de derechos humanos y protestas callejeras por parte de algunos agentes públicos a cargo de los procedimientos de asilo.
La legislación tiene como objetivo agilizar el proceso de solicitud de asilo y expulsar a los migrantes que no pueden solicitar asilo. También duplicaría a 90 días el tiempo en que una persona sin papeles se puede mantener en un centro de detención.
El proyecto de ley, que criminaliza el cruce ilegal de las fronteras, ha provocado la ira de las organizaciones benéficas que lo calificaron de opresivo.
El plan, que se debatirá en el parlamento en abril, reducirá el período de consideración para una solicitud de asilo a un máximo de seis meses, en comparación con aproximadamente un año, incluida la apelación. Activistas de derechos humanos dicen que esto dificultará que los solicitantes de asilo defiendan sus derechos.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, insistió en que el plan estaba equilibrado y en línea con los procedimientos europeos.
El proyecto de ley está demostrando ser uno de los más divisivos de la presidencia de Macron. Su mayoría parlamentaria centrista está formada por diputados con raíces tanto en la izquierda como en la derecha. Hasta ahora se han unido firmemente, pero las grietas han demostrado sobre la inmigración. Algunos a la izquierda del partido de Macron han expresado su preocupación.
Los trabajadores de la oficina de protección de refugiados de Francia, Ofpra, se declararon en huelga para protestar contra el proyecto de ley, calificándolo como “una desviación inequívoca de la tradición de asilo de Francia”. Hubo preocupaciones de que se hiciera pasar demasiado rápido con la vista puesta en la opinión pública.
Las encuestas han demostrado consistentemente que la mayoría de los franceses creen que hay demasiados inmigrantes en Francia.
Mientras hacía una campaña para ser presidente, el Macron pro empresarial ganó a la izquierda con promesas de una política de asilo más humana. Hizo un homenaje a Angela Merkel, diciendo que salvó la “dignidad colectiva” de Europa abriendo las puertas de Alemania a los refugiados en 2015. En el poder, el eslogan de inmigración de Macron se ha desplazado a “Humano y firme”.
Con información de The Guardian
