Histórico concierto de Kiss en Tijuana

En medio de una gran cantidad de juegos pirotécnicos, el clamor de los fans que se dieron cita al lugar y una excelente producción musical, la legendaria banda estadounidense de rock Kiss, se presentó el pasado sábado en Tijuana, en un evento que fue histórico para la ciudad.

Formada en Nueva York en enero de 1973 por el bajista Gene Simmons y el guitarrista Paul Stanley, la banda que cuenta con más de 40 álbumes de estudio, 100 millones de discos vendidos y 30 discos de oro otorgados por la Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA, por sus siglas en inglés), nunca, en sus más de 40 años, se había presentado en la ciudad.

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Justo cuando una gran manta negra con la leyenda de “Kiss”, cayó al piso cubriendo todo el escenario, y la banda comenzó a tocar su canción “Detroit Rock City”, una ligera lluvia se hizo presente en el ambiente, lo cual no inhibió el sentir de la gente y, contrario a ello, algunos incluso bromearon señalando que era parte del sentido histórico del concierto.

Tres de los integrantes de la banda, a excepción del baterista, descendieron en una plataforma acompañados de juegos pirotécnicos y explosiones de fuego, como si estuvieran llegando del cielo o “descendiendo al infierno” -como mencionó un persona del público-, todos ataviados con sus característicos trajes negros llenos de picos, sus plataformas extra grandes y sus típicos maquillajes que le han dado la vuelta al mundo y que incluso se han vuelto una marca registrada muy comercial.

Algunos de los temas que interpretó la banda fueron “Shout it out Loud”, “Black diamond”, “War machine”, “Radioactive”, entre otras, las cuales pusieron a gritar, cantar, saltar y disfrutar en todo momento a los más de 12 mil fanáticos que se presentaron en el estadio, lugar hasta el que llegó también Paco “el vendedor de empanadas”, quien se hiciera famoso por un video de YouTube, quien fue invitado por la empresa que realizó el concierto.

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Fuego, sangre, vuelos y desplazamientos por los aires

Más allá de la buena música y los clásicos interpretados por la banda, la magia del concierto también se concentró en la súper producción y maquinaria que traía la banda y que mostró en todo momento en el escenario, además de los típicos aditamentos, y de las ocurrencias que los personajes suelen hacer en determinados momentos del concierto.

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Uno de ellos fue cuando la banda dejó solo a Gene Simmons al centro del escenario, las luces se apagaron y sólo una se enfocó en él, ‘The Demon’ apareció con una espada encendida con fuego en una de sus puntas, avanzó unos cuantos pasos al frente como si estuviera poseído y de su boca salió un chorro grande de sangre artificial mostrando su larga y característica lengua, después dejó la espada y se elevó al cielo amarrado a un arnés para postrarse en una pequeña plataforma, desde donde interpretó una canción.

Otro de los momentos fue cuando Paul Stanley se montó en una polea que lo desplazó a otro extremo frente al escenario, atravesando al público por las alturas hasta llegar a otra pequeña plataforma, lo cual generó el alardeo y júbilo de todos sus fans, ahí postrado bromeó un poco cuando comenzó a tocar la canción de “Guantanamera”, pero después paró para continuar con su show.

Ante todo la buena disposición de la banda

A pesar de que algunas partes de las gradas del estadio lucieron vacías, la actitud y profesionalismo de la banda se mostró a cada momento, sobre todo por la interacción constante que Stanley hizo con el público, a quienes varias veces les habló en español y a quienes les dijo que su corazón era también de ellos, lo cual conectó todavía más con los presentes.

Esta actitud la replicaron todos durante todo el concierto, ya que conforme pasaba el tiempo la banda lograba mayor conección y su producción sorprendía más a propios y extraños, quienes llegaron al clímax de la presentación cuando la banda comenzó a tocar la reconocida canción “I was made for loving you”, la cual se ha convertido en todo un himno a través de las generaciones.

Después la banda estadounidense tocó otro de sus himnos “Rock and roll all nite” y la gente explotó en júbilo, al igual que explotó el fuego en el escenario y los fuegos pirotécnicos en el cielo, además del confeti que inundó todo el lugar logrando un sentido de satisfacción entre todas las personas que acompañadas y en familia se dieron cita al lugar.

Sin duda alguna se trató de un gran espectáculo musical acompañado de una gran producción, lo cual resaltó todavía más el sentido histórico del concierto, un evento como hacía muchos años no se había presenciado en el lugar y que, como muchos fans lo hicieron saber, seguramente servirá como punta de lanza para que otras grandes bandas y agrupaciones como está comiencen a voltear los ojos nuevamente a Tijuana para reposicionarla en el ámbito de la música internacional.