Inaugura Buenos Aires café temático sobre Cortázar

El café está ubicado en Palermo y recorre la historia del creador de Rayuela; además de la ambientación alusiva se podrá disfrutar de espectáculos musicales.
Vida y obra del escritor se encuentran en un bar que propone actividades y espacios para compartir la vida de Cortázar, con una deliciosa propuesta gastronómica.
“Todo hay que volver a inventarlo. El amor no tiene por qué ser una excepción.”

Citas de textos de Julio Cortázar (la del comienzo pertenece a Libro de Manuel, de 1973); fotos célebres y desconocidas del escritor, solo, con amigos, con sus mujeres y hasta con sus gatos, tapas de algunos de sus libros, una rayuela pintada a todo color, dos murales alegóricos realizados por el artista plástico Ricardo Villar. Todo esto decora las paredes del Café Cortázar, que se suma a la red de Cafés Notables porteños. Es el primer espacio cultural dedicado a rendir homenaje permanente al autor de Rayuela.
Las paredes cubiertas con tapas de sus libros, citas y frases, fotos de su vida parisína y porteña. Sus mujeres, sus mascotas (Teodoro y Flanelle), una rayuela a color y pronta a inaugurar, una biblioteca con todos sus libros para poder leer mientras degustamos la carta. Así es Café Cortázar.

- Publicidad-

Ubicado en la esquina de Cabrera y Medrano, además de servicio de cafetería, picadas, ensaladas y sándwiches (el menú está inspirado en títulos de Cortázar como Bestiario, Un tal Lucas y Los premios), allí se realizarán ciclos de lectura, exhibiciones de arte, presentaciones de libros, cursos literarios y conciertos de jazz. En los próximos meses estará disponible al público una biblioteca con sus obras más reconocidas y también con material crítico y de estudio. La idea es que quienes se acerquen a tomar, por ejemplo, un café Rayuela, con whisky, crema y canela, puedan acceder sin cargo a cualquiera de los libros e instalarse a leer en una de las mesas con tapa de mármol inspiradas en los bares parisinos.
Como en su biografía, acá conviven los guiños franceses con los argentinos. Algunas son mesas con tapa de fórmica, bien porteñas, otras son con disco de mármol, parisinas. En todos lados que observemos estará Julio.
En el primer piso, donde también hay un sector reservado para la lectura, se exhibe una muestra de fotografías inéditas, Siempre empezó a llover, de Bernardo Cornejo Maltz. El fotógrafo, que vivió durante un año en el departamento del barrio Rawson que perteneció a la madre y la hermana de Cortázar, registró delicadas imágenes del interior de la vivienda. Son tomas subjetivas que buscan reproducir el paisaje que veía el escritor a través de la ventana de su cuarto, en distintos momentos del día. En el piso de Artigas 3246, donde vivieron María Herminia Descotte y su hija Memé hasta 1978, todavía se conserva el armario de madera que Cortázar utilizaba como biblioteca. Objeto de culto más que de decoración, aparece en una de las fotografías que integran la exhibición, que se puede visitar hasta marzo.