El director de IMOS reconoció que están aplicando correctivos a los conductores que presten un servicio calificado como “ilegal”.
TIJUANA, Baja California.- Después de que el secretario general de los taxis rojo y negro, Joaquín Baltazar Sanabria, denunciara ante Primer Sistema de Noticias que los usuarios del transporte público eran los más afectados por el retiro de varias unidades del corredor Aguacaliente por parte del gobierno de Baja California, las opiniones de los tijuanenses no se hicieron esperar.
De acuerdo con la ciudadana Margarita Sánchez, ella tiene que esperar hasta una hora en la zona centro para poder llegar a su casa, y al ser una persona de la tercera edad, se vuelve complicado estar de pie por tanto tiempo.
“Muy largas, de hecho aquí por la segunda y por la Negrete, he mirado que las filas están larguísimas, qué barbaridad, no sé a qué se debe, en las tardes, como de las seis en adelante”, expresó.
Por su parte, Dylan Guzmán, aseveró que diariamente tiene que esperar a que pasen varias unidades de transporte público para poder tomar camino a su vivienda, puesto que el sitio de taxis del bulevar suele estar lleno de personas.
“Hay veces que llego y está solo, pero a veces hasta tres taxis, tengo que esperar, cuando salgo del trabajo”, comentó.
Los conductores de la línea rojo y negro que han decidido no unirse al proyecto del corredor Aguacaliente han denunciado anteriormente la calificada como “cacería” en su contra por parte de los inspectores del Instituto de Movilidad Sustentable.
Ante esto, Jorge Alberto Gutiérrez Topete, director del IMOS, minimizó el hecho al señalar que han sido pocos los casos y culpó a los propios conductores, mencionando que estas multas de miles de pesos solo son correctivos.
“Cuando los sancionamos por primera o segunda vez y les advertimos que no presten el servicio ilegal, los convocamos a que desistan. Si vemos que es reiterativo, buscamos que se apliquen las sanciones que son altas, pero al final las sanciones que se aplican son para corregir la conducta de las personas, pero son excepcionales”, explicó.
Por otro lado, los alumnos de la Universidad Autónoma de Baja California han denunciado desde hace varios años la necesidad de transporte público en Otay, puesto que las filas llegan hasta arriba del puente peatonal de la zona. Sin embargo, el titular del IMOS, lejos de dar una solución, solo se limitó a indicar que cuentan con elementos de la institución patrullando la zona hasta que se vaya el último estudiante, y en caso de que se queden algunos universitarios, los suben a una patrulla y se los llevan.
Con información de Alan Ramírez
