TIJUANA, Baja California.- El estrés positivo sirve como un mecanismo de defensa y de adaptación cuando el individuo se enfrenta a detonantes físicos, psicológicos y emocionales, explicó la maestra Tania Alejandra Castañeda Coronado, catedrática en la asignatura Psicología en el adolescente en las Licenciaturas en Ciencias de la Educación y Psicología de la Universidad de Tijuana CUT.
Al participar Castañeda como invitada en el espacio de Vida Universitaria con el tema “¿Es estrés o qué es lo que me pasa?”, expuso que en una cuestión física, por ejemplo, el estrés puede aparecer cuando alguien tiene frío, tensando los músculos para producir calor.
Como dato curioso, sostuvo la catedrática que el estrés es imprescindible para la vida, pues “hace miles de años, este mecanismo tenía sentido cuando el ser humanos se dedicaba a la caza y este le alertaba del peligro”.
Por otra parte, cuando el estrés deja de ser un mecanismo de estado de alerta y se transforma en un patrón de respuesta permanente, ahí es donde empiezan a manifestarse una serie de afectaciones que desencadenan en trastornos severos como dolor de cabeza y cuerpo, fatiga, malestar estomacal, afectación muscular y cardiovascular, entre otros síntomas.
Para la Asociación Americana de Psicología (APA) hay dos tipos de estrés: agudo y crónico. El primero desaparece con rapidez, es el más frecuente, aparece cuando se vive un proceso nuevo o excitante o cuando se pasa por situaciones complicadas, como una ruptura de pareja. Por ser tan breve, no suele ocasionar problemas importantes de salud.
Finalmente, Castañeda Coronado terminó su participación con una frase de Hans Selye, “no es el estrés lo que nos mata, sino como reaccionamos a él”. Lo que realmente afecta a la persona “es como psico-educamos o acostumbramos al cuerpo a reaccionar ante el estrés, es la permanencia que le damos en nuestro cuerpo lo que nos pone de cabeza”.
Con información de Daniela Hernández