México, integrante del primer nodo latinoamericano de observatorios urbanos

Ciudad de México – México da a conocer las acciones de sustentabilidad promovidas por los observatorios urbanos locales del país y anuncia la creación del primer nodo latinoamericano en esta materia. Ello como parte de su intervención en la conferencia mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible, denominada Hábitat III que tuvo lugar en Quito, Ecuador.

“Al informar lo que observamos, podemos incidir en políticas públicas para que la autoridad destine mayor inversión y atención a las zonas urbanas marginadas. Asimismo, después de 20 años, se está concretando el mandato de fundar nodos regionales de los observatorios urbanos y México, junto con Colombia, Chile y Ecuador, conformará el primer nodo latinoamericano a fin de intercambiar experiencias y conocimiento relacionado con buenas prácticas, encaminadas a lograr ciudades más sustentables”, comentó Juan Gerardo Vargas Pino, coordinador general del Observatorio Urbano Local de la Zona Metropolitana de Puebla (OmetroPue), organismo que representó a México y a la Red Nacional de Observatorios Urbanos Locales del país en Hábitat III.

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Añadió que la primera sede del secretariado técnico de este nodo latinoamericano será Colombia y posteriormente se rotará entre los demás países. “La idea es reunirnos una o dos veces al año, establecer una agenda de comunicación y crear redes de aprendizaje que permitan mejorar la situación urbana de cada una de las naciones integrantes del nodo. Por ejemplo, en el tema de presupuestos participativos, Colombia tiene mucho avance, mientras que a nivel mundial, la Ciudad de México tiene el mayor número de proyectos participativos y estamos trabajando para que Puebla ocupe el segundo lugar”.

Gerardo Vargas, maestro en administración pública, explicó igualmente que los proyectos de presupuestos participativos incorporan a la sociedad para que esta trabaje en los requerimientos de su colonia o región, es decir, de manera local. “Las prioridades de la gente se definen en conjunto con metodologías reconocidas por el Banco Mundial. El gobierno otorga herramientas, maquinaria o equipo y la comunidad se aboca al rescate de espacios públicos como parques o jardines, por ejemplo”.

Conforme con el especialista en desarrollo regional y urbano, Puebla tiene actualmente un programa de 243 acciones comunitarias. “Son programas muy concretos, casi calle por calle y, aunque representa poco considerando el número de necesidades, sumar la participación de los vecinos genera en ellos otra cultura”.

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¿Qué es Hábitat?

Debido al acelerado crecimiento de las ciudades y a su consecuente incremento poblacional, desde hace 40 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha convocado a sus países miembros para que refuercen el compromiso de una urbanización sostenible, a través de la Conferencia Hábitat (1976, 1996 y 2016). Esta surge como una manera de regular y atender las consecuencias de la proliferación de asentamientos humanos en las urbes de la Tierra.

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“Es un tema trascendental para la humanidad porque se prevé que hacia 2030, cerca de 85 por ciento de la población en el mundo habitará en zonas urbanas y si bien no existe un abandono del campo como tal, el cambio climático, los gases de efecto invernadero, más otros problemas, están afectando seriamente las ciudades”, refirió el maestro Gerardo Vargas.

El experto agregó que para atender el objetivo 11 de la Agenda 2030, relacionado con ciudades y comunidades sostenibles, 193 países suscribieron en Hábitat III una Nueva Agenda Urbana cuyo propósito es que a nivel global los asentamientos humanos, incipientes o ya establecidos, habiten ciudades más salubres, equitativas, sostenibles, productivas y seguras. Definiendo para ello los lineamientos a seguir durante los próximos 20 años.

Origen y objetivo de los observatorios urbanos

De acuerdo con el maestro Vargas Pino, en abril de 2003, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) firmó un acuerdo con la ONU sobre asentamientos humanos mediante el cual se comprometió a erigir instancias que analizaran y llevaran un registro de los problemas urbanos más repercusivos, por lo que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) instituyeron la Red Nacional de Observatorios Urbanos Locales (RNOUL).

A decir del titular del OmetroPue, un observatorio urbano examina, mide y hace un seguimiento local respecto a la falta de servicios básicos e infraestructura en zonas marginadas de las ciudades. Los resultados de lo observado se notifican a la autoridad correspondiente, buscando con ello contribuir a la implementación de políticas públicas que atiendan esas necesidades para que el desarrollo de los asentamientos humanos se dé en buenas condiciones de salud, vivienda, agua, drenaje, electricidad, etcétera.

“El OmetroPue surgió en 2014, es un proyecto estratégico de la sociedad civil, que este año se asoció con El Colegio de Puebla, en materia de desarrollo urbano y regional. En la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala, 48.9 por ciento de la población, es decir 250 mil habitantes, vive bajo un alto o muy alto grado de marginación, de acuerdo con cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social). En el OmetroPue validamos esa información, yendo a los lugares para después difundir los resultados. Entonces dialogamos con la autoridad y sugerimos el mejoramiento de políticas públicas orientadas a resolver los problemas que encontramos”.

En México, como en otros países, la consolidación de observatorios urbanos deriva de los compromisos contraídos en la Conferencia Hábitat II y su respectiva vinculación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los Observatorios Urbanos Locales (OUL) operan como concentradores de información, de realidades citadinas particulares, que anteriormente estaba desagregada. Su trabajo se enfoca sobre todo en documentar las condiciones y tendencias de la pobreza, a través del monitoreo, identificación, análisis y seguimiento que puedan sentar bases a favor del progreso económico, político y social de la pobreza urbana.

“Para Hábitat, los indicadores urbanos deben apuntar hacia soluciones integrales. No basta que haya agua, drenaje, electricidad y no educación de calidad, por ejemplo. La atención a la salud, a los derechos humanos, a la violencia familiar o a la inequidad de género, así como a la falta de bienestar en general, también deben resolverse”, apuntó el maestro Gerardo Vargas.

En ese sentido, ONU-Hábitat que si bien se encarga de monitorear el objetivo 11 de la Agenda 2030, lo hace considerando todos los aspectos mencionados, por lo que en 1977 se creó el Observatorio Urbano Global (GUO, por sus siglas en inglés), ubicado en Nairobi, Kenia.

Mediante sistemas de información geográfica (SIG), el GUO elabora bases de datos con estadísticas e indicadores acerca del estado que guarda el desarrollo urbano en todo el mundo y año con año reporta esa información a la Asamblea General de las Naciones Unidas, incluyendo el informe global sobre asentamientos humanos.

El GUO igualmente puede brindar a las ciudades un panorama de su situación y necesidades. Por ejemplo, número de personas que habitan en determinado asentamiento, su acceso a agua, saneamiento u otros servicios, carreteras sin reparación, prevalencia de enfermedades emergentes como cólera, malaria, fiebre amarilla, dengue, sida, Ébola, tuberculosis, etcétera.