Uno de los elementos esenciales para los altares de nuestros seres queridos es el pan de muerto; cada persona tiene su manera de prepararlo.
TIJUANA, Baja California.- Cada dos de noviembre, los mexicanos celebramos y recordamos a todos nuestros seres queridos que se nos adelantaron en el camino. Hoy recordamos a nuestra madre, padre, hermanos, primos, abuelitos, amigos que ya no están con nosotros. Una manera de honrar su memoria es con el pan de muerto, el cual también se coloca en los altares.
Kass, quien tiene más de 10 años en el negocio de la panadería, platicó cómo es la preparación de este pan y el significado de cada elemento que lo compone.
“La forma circular del pan de muerto representa el ciclo de la vida y la muerte. Normalmente llevan entre cuatro y seis canillas, que son los huesitos y pueden representar los puntos cardinales o los huesitos o las lágrimas de nuestros difuntos. La bolita que tiene arriba representa el cráneo o muchas veces, dependiendo de quién lo interprete, el corazón de nuestros muertos. El agua o esencia de azahar, característica de nuestro pan de muerto, representa el aroma a flor de cempasúchil en el Día de Muertos, es el recuerdo de nuestros difuntos. También se quema la hoja del maíz y eso podría utilizarse como ceniza para decorar. En realidad no tiene un sabor en particular, pero da una presentación muy representativa del Día de Muertos”, indicó Kass.
Para nosotros los mexicanos, el pan de muerto es un elemento esencial en las ofrendas de los altares de muertos para nuestros seres queridos, y a través de los años ha cambiado su modo de preparación.
“Como toda receta, a través del tiempo va cambiando. A pesar de que el pan sigue siendo la misma base, que es harina, azúcar, huevo, mantequilla, canela y agua de azahar, nosotros le dimos un toque especial. Le agregamos chocolates, bombones, frutos rojos. Nuestros panes vienen ya rellenos, y obviamente tenemos el clásico que es el azucarado, usualmente es el más clásico o con ajonjolí o azúcar, que es el más tradicional”, añadió.
A pesar de su evolución, la gente continúa buscando el tradicional pan bañado en azúcar, aunque también hay quienes optan por comprar los que están rellenos y bañados en chocolate.
“En gustos siempre se rompen géneros. Obviamente hay mucha gente a la que no le gusta comer chocolate o que prefiere el sabor más simple, por lo que buscan lo clásico. El azúcar no falla. Pero también hay quienes aman el chocolate y las cosas dulces, por lo que están buscando un giro en la receta. Nosotros agregamos el chocolate para darle nuestro toque”, expresó Beto, quien también es panadero.
Las flores, los inciensos, calaveritas de azúcar y, sobre todo, el pan de muerto, son algunos de los elementos que colocamos en los altares para recibir y sentir cerca a nuestros fallecidos el dos de noviembre.
Con información de Ixshel Gómez
