Para un nuevo giro en ‘Baywatch’, su palo de golf le servirá

LOS ÁNGELES ⎯ Cuando estaba estudiando en la Academia de Londres de Música y Arte Dramático, la actriz Kelly Rohrbach llegó a interpretar papeles como Portia en “The Merchanf of Venice” y Nora en “A Dolls’s House”. Está haciendo su debut cinematográfico en un tipo diferente de vehículo clásico. Se trata de la versión para la pantalla grande del prolongado programa de televisión sindicado “Baywatch”, acompañada de Zac Efron y Dwayne Johnson, alias The Rock.
Quizá no sea Ibsen, pero el papel de C.J. Parker, que originalmente fue interpretado en televisión por la actriz Pamela Anderson, es llamativo. Rohrbach, de 27 años de edad, pasa la mayor parte de la película en un traje de baño rojo, corriendo en cámara lenta al entrar y salir del océano. También llega a vestir un modelo dorado ajustado cuando los salvavidas van a la ciudad.
“¿En que se parece C.J. a Portia?”, inquirió Rohrbach, repitiendo una pregunta que se le hizo en una tarde californiana particularmente bochornosa. “¿Además del hecho de que ambas son mujeres?”
Rohrbach, quien sabía que era una especie de pregunta capciosa, pareció feliz de tener una distracción mientras evitaba responderla. Estaba golpeando pelotas de golf en Aroma, una instalación deportiva bajo techo en un edificio anodino en Willshire Boulevard en el barrio coreano que también alberga una farmacia, una tienda de telas y un salón de karaoke.

“C.J. fue escrita originalmente como un personaje más estirado”, dijo Rohrbach, hablando de la versión fílmica de la salvavidas voluptuosa. “Yo sugerí que debíamos hacerla más amigable. Menos un personaje de ‘chica despampanante’. Y se toma su trabajo muy en serio”.
Fuera de la pantalla, Rohrbach toma muy en serio su habilidad para el golf. Después de uno o dos golpes más, hizo una pausa para reubicarse. Buscó una liga para el cabello en los muchos bolsillos del saco de golf negro que trajo consigo cuando se mudó desde la Costa Este hace cinco años. Encontró una banda elástica que no le gustó mucho pero que de todo modos usó.
“¿Esta cosa rosa se ve realmente ridícula?”, preguntó. “La ropa de golf no es el atuendo más sensual”.
De cualquier manera, Rohrbach no está en ello por los atuendos. Es una jugadora seria, o al menos lo era, tras jugar desde que era niña mientras crecía en Greenwich, Connecticut.
“No hay muchas mujeres jóvenes que jueguen golf”, dijo Rohrbach mientras miraba hacia la red de cuatro pisos y 137 metros frente a ella. “Habitualmente somos un grupo de sexagenarios y yo. Mi papá era un golfista realmente bueno, y me enseñó a jugar”.
Eso la llevó a torneos juveniles, competencias nacionales y a ser reclutada en Georgetown. Jugó golf en sus primeros dos años en la universidad antes de cambiar su atención hacia la actuación. El verano antes de su último año, realizó la primera audición concertada por su agente comercial: una campaña publicitaria de regreso a la escuela para J.C. Penney.
“Bailé con una mochila a la espalda”, recordó Rohrbach, demostrando algunos pasos de baile rápidos y elegantes en sus prístinos tenis blanco con rosa. El dinero fue bueno, añadió, “y pensé: ‘Quizá pudiera seguir en esto como un empleo real’”.
Se mudó a Hollywood tras su graduación. “Hice papeles pequeños, de estrella invitada, de coestrella”, dijo Rohrbach. Cuando los empleos en la actuación escasearon, su agente le sugirió que se reuniera con la agencia de modelaje IMG. Un agente ahí ayudó a colocarla en el ejemplar de trajes de baño de Sports Illustrated. Siguieron más trabajos esporádicos, así como una relación con Leonardo DiCaprio. “Uno va donde la luz verde indica”, dijo Rohrbach.
Aunque disfrutaba las locaciones de modelaje en todo el mundo, extrañaba la actuación. Los productores de la nueva versión de “Baywatch” y su estudio, Paramount, estaban buscando rostros nuevos. Rohrbach recordó haber visto la serie cuando tenía seis años.
“Fue una de las audiciones más sencillas que haya tenido”, dijo, haciendo oscilar su palo de golf número 6. (Típicamente, dijo, golpea una pelota a unos 146 metros con ese palo.) Ya sabían que Rohrbach se veía bien en bikini. Solo necesitaba demostrar que podía ser divertida.
La filmación, que tuvo lugar en el sur de Florida y la isla Tybee, en Georgia, “fue estar todos los días en traje de baño”, dijo Rohrbach mientras contemplaba cambiar por un palo número 7. “El mismo traje de baño. Les dije: ‘Espero que estén lavándolo’”.
Hubo clases de natación y un entrenamiento a nivel de Terminator. “Me encanta el ejercicio”, dijo. “Hago excursionismo y yoga. Pero estos entrenadores estaban a otro nivel”. Para prepararse, acompañó a un salvavidas en Malibu, California, tres veces a la semana durante un mes, “aunque no hay mucha acción en el mes de enero”, dijo.
“Navegamos en el yate, y me enseñó como usar un intercomunicador y cómo hacer las variaciones de un nudo marinero”.
Rohrbach dice que le gustarían papeles más serios en películas más importantes, unas que quizá no involucren apariciones breves de David Hasselhoff. “Me atrae mucho la comedia subversiva como la de Alexander Payne y Jason Reitman”, dijo. “Pero, al final, si uno quiere hacer un gran trabajo, tiene que pagar sus cuotas”.
Después de que la gira promocional de “Baywatch” la llevara a Berlín, planeaba asistir a su quinta reunión universitaria en Virginia.
Pero, por ahora, estaba viviendo el momento. “Simplemente me divierte golpear pelotas de golf”, dijo Rohrbach mientras empacaba sus palos para regresar a casa en West Hollywood. “Es relajante y terapéutico”. Se puso su gorra de golf, presionó el botón del elevador e hizo una pregunta rara para una estrella de Baywatch: “¿Me veo muy mal?”

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Marshall Heyman
© 2017 New York Times News Service