Un equipo de científicos ha encontrado que el polvo en Marte y la Luna pueden usarse para imprimir objetos en 3D, como herramientas para futuras misiones tripuladas.
La investigación fue llevada a cabo por Northwestern University en Illinois, EE.UU., y publicado en Nature Scientific Reports. Utilizaron polvo simulado del ambiente lunar y marciano para crear una “pintura” que luego se usaba para hacer objetos como herramientas simples e, incluso, bloques de Lego.
“Para lugares como otros planetas y lunas, donde los recursos son limitados, la gente necesitaría usar lo que está disponible en ese planeta para vivir”, dijo el coautor Ramille Shah de Northwestern en un comunicado.
La idea de las herramientas de impresión 3D en el espacio no es totalmente nueva. La ESA y la NASA han estudiado la posibilidad antes, y también hay una impresora 3D en la Estación Espacial Internacional (ISS) operada por Made In Space.
Tinta espacial a partir de polvo
Pero la impresión 3D en otros mundos, donde los materiales parecidos a la Tierra no van a estar fácilmente disponibles, plantea un nuevo desafío. “Nuestras pinturas en 3D realmente abren la capacidad de imprimir diferentes objetos funcionales o estructurales para crear hábitats más allá de la Tierra”, añadió Shah.
Las pinturas estaban compuestas de 90 por ciento de polvo marciano o lunar, con el resto de la composición procedente de disolventes simples y un biopolímero. El material resultante era aparentemente similar al caucho, siendo flexible, elástico y resistente.
En su trabajo, el equipo observó que los intentos previos de replicar este proceso tuvieron que basarse en romper el polvo o usar un haz de alta energía para hacer un material adecuado. Este método, sin embargo, lo mezcló en una tinta.
El equipo dijo que en el futuro puede ser posible calentar esta tinta y endurecerla, a fin de crear estructuras rígidas como paredes para un hábitat en la superficie de la Luna o Marte. Si alguna vez queremos colonizar uno de estos mundos, ser autosostenible a través de técnicas como la impresión 3D será clave.
Con información de IFLScience
