LOS ÁNGELES, California.- El pequeño Popeye era un perro abandonado viviendo en las calles de California. Estaba sucio, tenía el pelaje enredado, estaba peligrosamente bajo de peso y a punto de la inanición. Entonces conoció a Ivy Diep y su esposo, quienes decidieron adoptarlo cuando tenía alrededor de un año de edad.
La nueva familia de Popeye es fanática de la comida y la exploración gastronómica en Los Ángeles, incluso son dueños de un restaurante. Así que cuando el pequeño can se unió a ellos, decidieron llevarlo consigo en sus aventuras restauranteras.
Pronto se hizo costumbre de la pareja tomar fotos del perrito posando con vistosos platillos en cada una de las visitas a restaurantes alrededor de la ciudad.
Tres años después, Popeye tiene su propia cuenta de Instagram con más de 100 mil seguidores. La cuenta está dedicada a compartir las aventuras de la pareja y Popeye alrededor de decenas de restaurantes que permiten la entrada a mascotas.
“Existen muchos restaurantes pet-friendly en LA”, dijo Diep, “debido al clima, muchos de ellos tienen patios exteriores que son perfectos para llevar a tu perro”.
Información de Moon-Child
