A medida que se acerca el final de la gestación, es habitual que las embarazadas sientan pesadez e hinchazón en las extremidades; la retención de líquidos suele ocurrir principalmente en el tercer trimestre del embarazo y en muchas ocasiones se agrava en el posparto.
La doctora María Guadalupe Cerritos Martínez ginecóloga del Hospital General de Zona (HGZ) IV número 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Ensenada, expresó que se presenta cuando ocurre un desequilibrio de las fuerzas que regulan los líquidos de una zona a otra.
Explicó que las causas son variadas y abarcan la liberación de sustancias maternales, fecales y placentarias, así como por la compresión de la zona pélvica al desarrollarse el feto y la presión del útero sobre las venas de la pelvis lo que provoca mala circulación.
Agregó que existen otros factores que también la propician como el calor, la obesidad, permanecer mucho de pie, utilizar ropa y calzado muy ajustado. Las mujeres con problemas circulatorios son más propensas y eventualmente, tienen complicaciones.
Advirtió si se presentan fuertes dolores de cabeza y problemas de la vista – que este podría ser un síntoma de hipertensión-, debe acudir de inmediato al especialista para evitar consecuencias tanto al bebé como a la madre.
Si la hinchazón es excesiva y se amplía a la zona de las manos y cara, es fundamental visitar al médico. Las medidas preventivas indican beber agua -dos litros al día-, controlar el peso, usar medias elásticas de compresión, utilizar ropa y calzado holgado, recurrir a masajes y realizar ejercicio moderado.
Para prevenir esta afección, es importante disminuir el consumo de sal, evitar las comidas demasiado grasosas, optar por frutas y verduras, incluir alimentos ricos en potasio, tratar de dormir de costado y sobre el lado izquierdo ya que esa posición favorece el flujo sanguíneo de la madre al feto; no utilizar diuréticos ya que están contraindicados durante el embarazo.
