Tijuana, BC.- La violencia sigue en esta frontera no obstante la advertencia del secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong y de la intervención del presidente Enrique Peña Nieto, a solicitud del gobernador Francisco Vega, y al cierre del séptimo mes del año, Tijuana sumó 902 muertes en lo que va de 2017, más de mil en toda Baja California.
Tras pocos resultados dio la visita del primer mandatario a Baja California el pasado 24 de julio, que día con día la ola de asesinatos no ha cesado: ese mismo lunes fue localizada una cabeza cercenada en Los Pinos, en Tijuana; el martes 25, cuando la cifra de muertes ya alcanzaba los 109 casos tan solo en el mes de julio, un hombre fue asesinado en el fraccionamiento El Laurel y le miércoles 26, dos hombres fueron ejecutados y un cadáver fue localizado en La Altamira.
Para el jueves 27 dos hombres fueron asesinados en la colonia Lázaro Cárdenas, uno de ellos, menor de edad, y el viernes 28 registró dos ejecuciones. El sábado 29 un ataque armado dejó un muerto y dos heridos, y para el domingo 30 fueron localizados dos cadáveres y durante el transcurso del día se registraron cinco homicidios.
Apenas una semana antes, el 17 de julio, el secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong había arribado a Tijuana en medio de una gran expectativa, que se desinfló cuando anunció que “no hay nada nuevo qué decirles respecto a lo que ha venido sucediendo durante el año, el alza prácticamente en la comisión de varios delitos, en homicidios dolosos”.
A su vez, el gobernador Francisco Vega informó antes de las reuniones con Osorio Chong y Peña Nieto, que pediría el reforzamiento de la seguridad mediante la presencia del Ejército mexicano, tras el fracaso de su Cruzada por la Seguridad.
Osorio Chong llegó tras la muerte de la doctora Angélica Ciani, en medio de una gran expectativa por traer a esta frontera soluciones al problema de la violencia.
A un mes y medio del arranque del fallido programa, Tijuana supera los 200 asesinatos más, y a los decapitados, calcinados o colgados de puentes, se suman los estudiantes, médicos, niños y otras víctimas de un plan improvisado.
En pocas palabras, los criminales se ríen de Peña Nieto, de Osorio Chong y de Francisco Vega.
Por lo que toca al gobierno de Peña Nieto, hasta marzo de 2017 acumulaba ya 44 mil 660 muertes, y tan solo en marzo se registraban mil 651 ejecuciones vinculadas con el crimen organizado, una cifra que colocó al tercer mes del año como el más sangriento de la administración peñista.
