Buscan solucionar problema ambiental por hipopótamos de Pablo Escobar

COLOMBIA.- Los hipopótamos de Pablo Escobar, una vez más, están provocando polémica en Colombia.

En la década de 1980, el capo colombiano derramó algunos de sus millones en un zoológico privado en su rancho Hacienda Nápoles, incluidos cuatro hipopótamos importados ilegalmente.

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Cuando Escobar murió en 1993 y su imperio se disolvió, muchas de sus propiedades fueron confiscadas por las autoridades colombianas, pero los hipopótamos se quedaron vagando por las marismas de Colombia.

Aunque son nativos de África, los hipopótamos se han sentido como en casa en la cuenca del río Magdalena en Colombia.

En los últimos años, los conservacionistas se han preocupado cada vez más por las implicaciones ecológicas de la presencia de los hipopótamos, y algunos dicen que la especie se ha convertido en un “megavertebrado invasor” para América del Sur.

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En un nuevo estudio publicado en la revista Biological Conservation, un equipo de científicos buscó evaluar el riesgo de esta especie invasora y propuso algunas ideas sobre cómo lidiar con los animales rebeldes.

La población de hipopótamos introducida ha aumentado de 35 individuos en 2012 a entre 60 y 80 individuos en 2020, todos relacionados con el cuarteto original importado por Escobar.

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Según el nuevo estudio, la población ha estado creciendo a una tasa anual del 14.5 por ciento y podría alcanzar un tamaño de población de mil 418 en 2039.

Los investigadores señalan que estas criaturas gigantes pueden tener un efecto dramático en las vías fluviales de un ecosistema. Los hipopótamos suelen defecar y orinar en el agua del río, lo que puede aumentar significativamente la concentración de fosfatos y nitrógeno del agua.

A su vez, esto puede tener un efecto profundo sobre la vida microbiana en los ríos, favoreciendo el crecimiento de cianobacterias potencialmente tóxicas.

Los hipopótamos también pueden albergar una variedad de enfermedades zoonóticas y parásitos que podrían representar un riesgo para otras especies de vida silvestre.

El estudio señala: “Algunas de estas enfermedades o parásitos podrían transmitirse potencialmente de los hipopótamos introducidos a los animales salvajes y domésticos y, en última instancia, a los humanos”.

Además de este riesgo ecológico, los hipopótamos también representan un riesgo para las comunidades locales. Puede que tengan una imagen tierna, pero los hipopótamos son criaturas extremadamente agresivas y se les considera uno de los animales más mortíferos de África.

Si bien la escala del problema no está clara, ha habido un puñado de informes, anécdotas y videoclips que detallan los ataques de hipopótamos a humanos en Colombia, dicen los investigadores.

Argumentaronn que todos estos problemas se profundizarán en los próximos años considerando la rapidez con la que está creciendo la población de hipopótamos.

Para solucionar el problema, se ha sugerido implementar una estrategia de manejo que vería la “extracción” de 30 hipopótamos por año, dirigiéndose hacia la erradicación de la población en 2033. Esa es básicamente una forma educada de decir que los hipopótamos deben ser asesinados hasta que la población sea erradicada.

Si bien los investigadores se dan cuenta de que esta es una idea controvertida, argumentaron que otros intentos de controlar la población de hipopótamos, como la esterilización, han fracasado.

“Las estrategias deben implementarse rápidamente para controlar los efectos de expansión de esta especie introducida. Nuestras proyecciones indicaron que el único curso de acción que probablemente podría conducir a la extirpación de esta especie exótica es implementar una extracción de alto nivel mediante el sacrificio”, concluyó el estudio.

“Sin embargo, como el hipopótamo es una especie muy carismática, este enfoque no está exento de controversia”.

Con información de IFL Science