Una multitud participa en el funeral del asesinado consejero birmano Ko Ni

Miles de personas participaron este lunes en Rangún en el funeral de Ko Ni, un célebre abogado musulmán birmano asesinado el domingo, conocido por su defensa de la tolerancia religiosa y consejero jurídico del partido de Aung San Suu Kyi.

Ko Ni, de 63 años, fue asesinado cuando esperaba a un coche fuera del aeropuerto de Rangún, de regreso de un viaje oficial con una delegación gubernamental, explicó a AFP Zaw Htay, portavoz del presidente birmano, Htin Kway.

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Este lunes, delante del domicilio de Ko Ni en la capital económica del país, y del cementerio musulmán, centenares de personas dedicaron un último adiós a una de las pocas personalidades públicas que tomaron posiciones contra la intolerancia religiosa en un país donde las tensiones sobre el tema son fuertes.

Entre la multitud había numerosos musulmanes, con mujeres ataviadas con un ‘hiyab’ blanco en señal de duelo, pero también monjes budistas y militantes de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido en el poder desde las históricas elecciones de noviembre de 2015.

“Denunciamos con fuerza el asesinato de Ko Ni, que representa un acto terrorista contra la política de la NLD”, declaró el partido en un comunicado publicado durante la noche del domingo.

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El presunto asesino, que también mató a un taxista que intentaba detenerlo, fue arrestado por las fuerzas de seguridad.

“Escuché un ‘bang’. Pensé que era un neumático. Me di la vuelta y vi a mi padre en el suelo con mi hijo. Grité”, relató a una televisión local Yin Nwe Khaing, hija de Ko Ni, que estaba con su padre en el aeropuerto.

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“Mucha gente nos detesta porque tenemos una religión diferente”, agregó.

“Gran pérdida”

Poco tiempo después del asesinato de Ko Ni, Yanghee Lee, enviada especial de la ONU para Birmania, que se había reunido con el consejero hace dos semanas, afirmó en un tuit: “Es terrible. Aung San Suu Kyi debe esclarecer esta muerte”.

La policía no tiene de momento ningún indicio sobre los motivos del asesinato, pero informó de que el sospechoso había salido de prisión en 2014, beneficiado de una amnistía presidencial que puso fin a sus 11 años tras de las rejas, entre otros delitos, por el robo de varias estatuas de Buda.

“Es una gran pérdida para el país, para las fuerzas democráticas y para nuestro partido”, declaró Tin Oo, líder del NLD, que visitó a la familia del fallecido por la mañana.

Desde la apertura del país en 2011, la violencia contra la comunidad musulmana, que representa menos del 5% de la población birmana, es recurrente.

Ma Ba Tha, un grupo de monjes budistas extremistas que se arrogó la misión de vigilar la amenaza de una posible ‘islamización’ de Birmania, es acusado de azuzar el odio antimusulmán en el país.

Los últimos meses, la tensión fue palpable en diferentes regiones del país, en particular en el estado de Rakhine, donde más de 66.000 musulmanes de la minoría rohingya huyeron de una operación del ejército birmano, acusado de violaciones colectivas, tortura y asesinatos.

Josef Benedict, de Amnistía Internacional, denunció un “acto atroz”. Ko Ni era un infatigable militante de los derechos humanos y su muerte marca la pérdida de una voz importante”, agregó.