Varios futbolistas, víctimas de la violencia

MÉXICO.- Una vez que se ha confirmado el secuestro del futbolista mexicano Alan Pulido en Tamaulipas, nuevamente el deporte se ve manchado por acontecimientos en el que se han visto involucrados algunos jugadores.
Alan Pulido es el caso más reciente, el futbolista fue privado de la libertad, hecho confirmado por su hermano.
En el pasado, un 19 de julio del 2005 después de un entrenamiento, fue secuestrado el entonces técnico de Cruz Azul, Rubén Omar Romano. Estuvo 65 días en manos del crimen organizado hasta que las autoridades lo liberaron tras un operativo.
Otro caso fue el de la familia de Jorge Campos, entonces portero titular de la selección mexicana, su padre fue secuestrado en Guerrero
Fue liberado tras pagar una fuerte cantidad de dinero.
Otros hechos que han manchado al balompié son casos como el de Salvador Cabañas, quien en el mejor momento de su carrera con América, recibió un balazo en la cabeza mientras se encontraba en un bar en la madrugada.
También, quien fuera portero suplente del conjunto de la Franja, Alberto Becerra, fue víctima de delincuentes en el estado de Puebla. Un par de sujetos lo obligaron a subirse a su auto y manejar por varias horas, hasta llegar a Tamaulipas; sin embargo, el arquero sólo fue robado, sin sufrir algún daño físico.
Los jugadores del Necaxa, Alejandro Molina y Luis Gorocito, mancharon su carrera como futbolistas de la manera más baja posible, el 16 de agosto de 2015, pasaron de ser atletas profesionales a asesinos.
Ambos exelementos de los Hidrorayos terminaron con la vida de un joven, después de propinarle varias patadas en la cabeza, al haber insultado a una de las acompañantes del fallecido.
Los ahora convictos pagan por lo sucedido y peemanecerán en una cárcel del estado por al menos 20 años, al ser clasificado su crimen como asesinato doloso.
Y finalmente otro caso lamentable es el del portero de los Rayados del Monterrey, El Gato Ortiz, quien se vio involucrado con una banda de secuestradores y hoy se encuentra en un penal pagando una condena.